¿Divorciados?

Se dejaron de querer…
Dicen que a lo mejor fueron las caricias demasiado tardías y casi ausentes a sus escaleras mecánicas o la fría ausencia de su aire acondicionado en todas sus cada vez más “ardientes” estaciones y en varios vagones de sus trenes, y que se siente más al final de la tarde o lo que llaman las “horas picos”, donde el deseo de ver a quien se quiere, apremia.

Cuentan… se quedaron vacíos el uno del otro, bañándose en reclamos de retrasos a citas importantes y urgentes, sin la amabilidad de los primeros encuentros en las taquillas de información y venta de boletos.

La política y sus diferencias también hicieron estragos en todas sus instalaciones, esas donde el dulce Sí del primer beso y un tajante No de una no muy lejana época, abrieron la brecha por donde se escurre el respeto, cultivado por generaciones amantes y fieles, aturdidas ahora, por el grito diario de una ciudad herida.

Un Metro Más Humano

A veces ni el azul de un asiento ocupado
Parece condolerse del cansancio y los años
La huella de algún pie en la pared
El grafitti importado
En la baldosa rota, en el piso taimado
Que ha sido fiel testigo
De pasiones al caldo
Como muestra inequívoca
De un amor arrasado

Afortunadamente, nada puede apagarlo
Ni la falla en sus trenes, deseo desenfrenado
Ni la luz de su encanto, o usted querido usuari@
Ni la mano peluda, ni la culpa en rezago
Ni la sindical lucha
Entre jefes y empleados
Por sueldos mal pagados o pagos atrasados
Porque angustiosamente
Y a pesar de los años
Siempre está la esperanza
Sueño no quebrantado
De que usuarios y usuarias
Gobiernos y ciudadan@s
Se conduelan del Metro
Y lo hagan más humano
Que sigamos las reglas
Muy bien publicitado
Y que tomen medidas
¡Es lo más acertado!

Debemos mejorar, para que el metro siga mejorando